¿Qué es la blockchain?
El término blockchain significa literalmente cadena (chain) de bloques (block).
Es un registro compartido e inmutable, similar a un registro de transacciones económicas donde se registran fechas, firmas, movimientos monetarios en orden temporal.
En una blockchain, la información se almacena en bloques de tamaño predefinido. Por lo tanto, cada línea del registro sería un bloque con información en su interior.
Cada bloque en la blockchain se almacena con una fecha creciente que incluye horas, minutos y segundos, proporcionando así una definición cronológica de la escritura dentro de la propia blockchain.
COMPARTIDO
La blockchain es un registro compartido porque todos los nodos de la red blockchain comparten la misma información; cada nodo posee una copia del registro.
Esta es una característica elegida por diseño, de esta manera, cada uno puede verificar que el registro no haya sido manipulado o modificado.
¿Cómo se puede lograr esta copia en todos los nodos? Gracias a una red peer-to-peer, es decir, una red en la que todos los nodos, todos sus participantes, tienen las mismas propiedades, sin necesidad de un servidor central o una entidad central que garantice o autorice las transacciones, ya que todos los nodos pueden comunicarse entre sí.
INMUTABLE
La blockchain es un registro inmutable, lo que significa que una vez que un bloque de datos se almacena, no puede ser modificado.
Cuando escribo información dentro del bloque, esta información es autorizada por todos los nodos a través de un algoritmo de consenso que valida la escritura en la blockchain, y una vez que esta información se escribe en la blockchain, no puede ser modificada; se vuelve inmutable.
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¿Cómo obtengo un registro compartido e inmutable?
Para crear la cadena de bloques, es decir, para asegurarse de que los bloques estén conectados entre sí, se utilizan funciones hash, es decir, funciones matemáticas que, dada una serie inicial de información, producen un resultado que es una especie de resumen del bloque.
La función hash está diseñada de tal manera que incluso un ligero cambio en la entrada produce un cambio sustancial en la salida, lo que se conoce como efecto avalancha. Por lo tanto, cambiar un carácter en el bloque inicial resultará en un resultado completamente diferente.
La función hash representa una especie de huella digital del bloque y, por lo tanto, identifica de manera única el bloque. Además, la función hash no es reversible, es decir, a partir de la salida, es computacionalmente muy difícil, prácticamente imposible, determinar el bloque que lo generó.
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¿Cómo se construye esta cadena de bloques?
- Se comienza con un primer bloque llamado Génesis, que contiene la información que se desea escribir y el hash del bloque anterior. Siendo el primer bloque, el hash del anterior es cero o nulo.
- Se calcula el hash del bloque Génesis para obtener el resultado.
- El segundo bloque: contiene su información y el hash del bloque anterior.
- Se calcula el hash del segundo bloque usando su información y el hash del bloque anterior para obtener un resultado.
- El tercer bloque: contiene su información y el hash del segundo bloque...
Y así sucesivamente para cada bloque.
De esta manera se crea una cadena de bloques muy difícil de manipular, ya que para manipularla es necesario modificar no solo la información escrita en el bloque individual, sino que también se deben recalcular todos los bloques anteriores, ya que cada bloque para calcular su hash usa un hash calculado sobre el bloque anterior.
Como elementos adicionales de seguridad, también existen técnicas criptográficas para firmar, por ejemplo, el contenido dentro del bloque.
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